
La cosecha 2013 estuvo «notablemente» condicionada por la climatología en la Denominación de Origen. Así, según han informado a Europa Press fuentes de Consejo, aunque la brotación de la vid se adelantó levemente, las temperaturas que se registraron durante la primavera, con valores más bajos de lo habitual, retrasaron ligeramente el ciclo del cultivo. Esta circunstancia resultó beneficiosa, pues ayudó a que fuera menor la incidencia de las enfermedades criptogámicas.
La vendimia se desarrolló de forma acelerada, asegurando así evitar la posible incidencia de enfermedades en el cultivo. Se recogieron más de 95 millones de kilogramos, lo que la convierte en la tercera vendimia de la historia de la Denominación de Origen en importancia cuantitativa.