Carne noble de cerdo, forma de herradura, ahumado, con pimentón. Sabor intenso, ligeramente ácido y picante, con toque de ajo y humo en su aroma. Características esenciales del chorizo procedente de León, un sabor que cautiva a los europeos, sobre todo, a británicos, alemanes y franceses, que prefieren comerlo siempre preparado a la plancha, frito o en barbacoa. Unos gustos que precisan una curación del producto únicamente de unos veinte días.
.jpg)
También este sabor leonés cautiva en Francia y Alemania, principalmente, y en otros países europeos como Suecia, Bélgica y Holanda. Hay empresas que tienen clientes hasta en Nueva Zelanda o la República Dominicana. Con su primera etiqueta de calidad, que colgará de sus corras el mes que viene, la Asociación para la Promoción del Chorizo de León planea que las industrias adheridas se lancen a la conquista de China y el mercado Iberoamericano.
«Estos mercados son el futuro con millones de consumidores y donde este tipo de productos son muy apreciados», indica el presidente de la asociación, Javier Sanz.
Embutidos Entrepeñas, con fábrica en Geras de Gordón, acaba de empezar su aventura exportadora en Gran Bretaña. Desde principios de año ha vendido allí alrededor de 1.000 kilos de chorizo. «Enviamos el producto de la misma línea de producción que vendemos en España, sólo que con la etiqueta en inglés. Como lo comen cocinado envasamos tacos partidos de cinco centímetros», dice Natalia Ordóñez, de la familia propietaria de esta industria de treinta años, que cuenta con 21 trabajadores. Exportan también a Suiza, Holanda, Suiza, Bélgica o Francia.

Embutidos Palcarsa, en San Justo de la Vega, envía cada semana a Inglaterra uno o dos palés con 400 kilos. Venden a otros países europeos y del resto del mundo, según cuenta su responsable de exportaciones, Roberto Comegna. Tienen cuarenta trabajadores. «Los ingleses y alemanes veranean en España y conocen el producto, los embutidos son sencillos de cocinar y están acostumbrados al picante», afirma.