Las impresoras 3D no solo pretenden revolucionar el mundo de la fabricación y el diseño industrial, también quiere tomar posiciones en el mundo de la gastronomía, cumpliendo el papel de un electrodoméstico más. Al menos, eso es lo que ha intentado demostrar la empresa 3D Systems en el CES de Las Vegas, la mayor feria de electrónica de consumo del mundo, que ha dejado claro que esta nueva tecnología no solo sirve para imprimir piezas para aviones, prótesis para aplicar en salud... también van a ser un aliado para crear alimentos.
La citada empresa ha presentado dos impresoras, una más pequeña llamada Chefjet, y otra más sofisticada y cara, Chefjet Pro. Ambas saldrán al mercado en el segundo semestre de 2014. La primera solo imprime comida monocromática (azucarillos o piezas de chocolate, por ejemplo) y costará unos 3.000 euros;la segunda, de mayor volumen y capaz de imprimir objetos comestibles de varios colores, saldrá al mercado por unos 6.000 euros.

Las nuevas impresoras de 3D Systems son capaces de imprimir dulces con diseños que, de otro modo, serían difíciles de lograr. E incluso pueden tener partes móviles, añadió la BBC, que informó que la compañía va a lanzar también una aplicación, llamada Digital Cookbook (recetario digital), para ayudar a las personas que no sean expertas en diseño asistido por ordenador a hacer estas delicatessen en 3D.
Las impresoras de comida de 3D Systems están siendo una gran atracción en el CES, pero otras empresas están trabajando en la misma dirección, como la española Natural Machines, o Systems and Materials Research, que trabaja en un modelo de impresora 3D de comida para la NASA. En este caso, el objetivo es que los astronautas puedan imprimir su propia comida durante las misiones espaciales, permitiendo así conservar los alimentos hasta un total de 30 años, pues los cartuchos de la impresora estarían cargados de todos las proteínas, carbohidratos y nutrientes necesarios.