
Así, para la FEV, las medidas que se proponen en el documento son absolutamente desproporcionadas e ineficaces en relación al objeto planteado y atentan directamente contra la libertad individual de los adultos que cada día consumen vino de manera moderada y con unas pautas de consumo que contienen elementos positivos para una política de salud pública y de educación.
A juicio de esta Federación, el problema no es de productos sino de conductas y, por ello, «una estrategia basada en la prohibición y en la demonización y marginación del producto no conduce a nada y está lejos de las que deberían ser las verdaderas prioridades de las autoridades: la educación y la prevención».
Y precisamente en materia de prevención y educación el sector del vino -argumenta- lleva años desarrollando una importante labor, desarrollando e implementando en España el programa europeo ‘Wine in Moderation’, que promueve y defiende el consumo responsable de vino como una norma sociocultural, con el objetivo de prevenir y reducir el abuso y los daños colaterales relacionados con el consumo de alcohol.
A este respecto, y en una nota de prensa, la FEV cita ejemplos como la campaña 'Quien sabe beber, sabe vivir', que ha sido considerada un caso de éxito por todo el sector vinícola europeo, o el Código de Autorregulación de Autorregulación del Vino en materia de publicidad y comunicaciones comerciales que aplican todas las empresas y asociaciones que forman la FEV.