Con el aumento de las temperaturas y la mayor exposición de tu piel al sol, es necesario que hidrates muy bien tu cuerpo, por dentro y por fuera.
Entre otros beneficios, el agua te ayuda a mejorar la digestión, el tránsito intestinal y evita que tengas hambre, ya que muchas veces crees que tienes hambre y en realidad, es que tienes sed. El agua no tiene grasas, ni calorías, ni carbohidratos, ni azúcar. Si bebes con regularidad estarás hidratando tu cuerpo y favoreciendo la pérdida de peso.
Para mantener tu cuerpo hidratado, debes beber 6 u 8 vasos de agua al día que puedes sustituir por distintos tés e infusiones.
El té frío es ideal para el verano. Puedes preparar una jarra a primera hora de la mañana, añadir unas cucharaditas de azúcar (o edulcorante), unas rodajas de limón y guardarlo en el frigorífico para tomarlo fresco durante todo el día. Con el té frío evitarás otro tipo de líquidos como el alcohol, los refrescos y los zumos envasados no recomendados para guardar la línea.
Con una dieta equilibrada, algo de ejercicio y la combinación perfecta de infusiones podrás eliminar lo que tu cuerpo no necesita.
Hay distintos tipos de tés e infusiones para mantener la línea. Elígelos en función de las propiedades medicinales de las plantas que las componen: quemagrasas, depurativas, laxantes, diuréticas o saciantes.
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