El sector de la agricultura ecológica está viviendo una etapa de creciente expansión en la Unión Europea, se ha incrementado tanto el número de explotaciones como el número de agricultores que se dedican al cultivo ecológico. Según las estadísticas facilitadas por la UE, en el año 2002 unos 5’7 millones de hectáreas estaban destinadas a la producción ecológica, en 2011 se alcanzaron los 9’6 millones de hectáreas destinadas al cultivo ecológico, lo que supone un incremento anual de unas 500.000 hectáreas. Aunque el crecimiento es notable, el volumen destinado a la producción ecológica equivale sólo al 5’4% de la superficie útil agrícola de la Unión Europea.

Otro dato a tener en cuenta, según el informe de la UE, los administradores de las granjas orgánicas suelen ser más jóvenes que los agricultores que trabajan en cultivos convencionales, los agricultores menores de 55 años representan un 61’3% del total del sector que se destina a la producción ecológica, frente al 44’2% de quienes se dedican a la producción no ecológica. En lo que respecta a la producción ecológica de animales, ésta sigue siendo bastante limitada en comparación con otros tipos de producción, sólo representa el 1% de todos los animales con fines alimentarios que se producen en la UE, por lo que se aprecia claramente que es la agricultura la que experimenta mayor auge y expansión.
En la última década, tanto el número de explotaciones como el área destinada a la agricultura ecológica se ha incrementado en la Unión Europea en más de un 50%, parece que la crisis económica no ha mermado ni la producción ni las ventas. Ante estas cifras es lógico que la Comisión Europea esté buscando mejores fórmulas para la agricultura ecológica, se pretende consolidar la confianza del consumidor en los productos ecológicos y eliminar aquellos obstáculos para el desarrollo de este tipo de agricultura, así lo explica Dacian Ciolos, comisario europeo para la agricultura y el desarrollo rural. Pero es algo difícil de creer, ya que uno de los principales obstáculos es la imposible coexistencia entre producciones ecológicas y transgénicas, la UE alaba el crecimiento de los alimentos ecológicos, pero también pretende que se aprueben los alimentos transgénicos y en ello, como sabemos, trabaja desde hace años.