
Hay infinidad de elementos que se pueden incorporar a un plato para aportar el toque crujiente que, en contraste con otras texturas (tiernas, cremosas…), hace que el comensal experimente la agradable sensación en el paladar, por eso hemos pensado en reunir algunos complementos y guarniciones crujientes para mejorar la calidad sensorial de muchos platos.
Uno de los recursos más utilizados es el pan, los tradicionales croûtons o picatostes forman parte de sopas, cremas y purés, de ensaladas, etc. El pan u otros tipos de masas de harina también pueden aportar la textura crujiente en otros formatos, algunas ideas os las vamos a dar a continuación.
En muchos casos, además de la textura, con el crujiente se pretende aportar un plus de sabor y hay varios alimentos que lo ponen fácil, como el jamón o el queso parmesano, también podéis ver algunos ejemplos para hacerlos y para combinarlos. Y si hablamos de frutas y hortalizas crujientes, las posibilidades son casi infinitas, se pueden hacer chips o crujientes de un gran número de ellas, para lo que normalmente hay que reducir el contenido en agua, deshidratar, freír…