Una veintena de bodegas -el 70% en la DO Rueda- ofrecen una amplia gama de vinos espumosos de las categorías seco, semiseco, brut, brut nature y rosado. En casos excepcionales, también espumosos, casi tintos.
La categoría que más predomina es la del brut, con nueve meses en rima y el degüelle próximo a la campaña de Navidad. La producción total de espumosos en Castilla y León alcanza el millón de botellas contando con las 700.000 que, hasta este fin de semana, se han degollado y están listas para salir al mercado.

A estas alturas, el consumidor de la región debe tener claro que los vinos espumosos no son ninguna originalidad de las bodegas, que llevan dos décadas formando parte de las categorías de la producción de sus vinos. Son muchas las que tienen vocación y que han demostrado tomarse en serio la elaboración de vinos base con destino a la segunda fermentación en botella. Entre todos ellos destaca, sin ningún género de dudas, el vino base de la variedad verdejo, que demuestra cada año en los paneles de cata un magnífico comportamiento, en solitario, en la elaboración del espumoso. La propia Denominación de Origen lo acoge en su reglamento.