
Desde aquí queremos contarte qué más puedes hacer si viajas a Aranda de Duero, la cuna de la Ribera del Duero (eso comentan orgullosos los arandinos…) para que no sólo disfrutes de “Eucharistia” la muestra más importante de arte religioso nacional e internacional, sino que puedas también bajar a una de sus bodegas subterráneas, catar sus vinos y dejarte llevar por su amplia oferta de tapas y pinchos. Como ya sabrás, aquí el lechazo asado al horno de leña es todo un arte.
Desde la plaza mayor puedes subir desde la calle Béjar hasta la Plaza Trigo y a mano derecha pasear por la Calle Isilla donde se encuentra uno de los Restaurantes y bodega subterránea más mítica de Aranda: “El Lagar de Isilla”. Es famoso por su lechado asado servido en bandeja de barro, humeante y recién salido del horno. También son famosos sus pinchos, muy novedosos algunos de ellos, que encontrarás distribuidos por toda la barra.
Pide permiso al camarero para bajar a la bodega subterránea, su visita es gratuita. Mediante una serie de paneles te explicarán cómo se bajaba la uva hasta allí y como se hacía el vino antiguamente. La música (a veces cantos gregorianos) es muy envolvente.
Nuevo Museo del Vino en Aranda de Duero
Se trata de una bodega subterránea del S.XIII ubicada en la C/ La Plata, 1, junto a la Iglesia de Sta. María la Real. En este museo, inaugurado recientemente, se puede conocer el antiguo proceso de elaboración de los vinos Ribera del Duero. Un recorrido por todo el proceso de vinificación, desde que la uva está en la parra hasta que podemos disfrutar del vino, una vez embotellado.