Para comenzar algunas generalidades; existen principalmente cuatro tipos básicos de copas de vino:
rojo, blanco, brillante y aperitivos. Las copas de vino usualmente se presentan en tres partes, una base, un tallo y un cuenco, a excepción de la nueva copa sin tallo que se ha vuelto muy popular; acerca de la base, sobra decir que es la que le permite la posición vertical.
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Finalmente, el recipiente el cual tiene un propósito muy importante de donde se desprenden las variaciones entre las copas de vino, puesto que cada copa tiene una forma que depende del vino para la que están hechas; lo anterior es tan cierto que los entendidos del vino dicen que las mejores copas dirigen incluso el vino a la parte de la boca donde mejor se va a apreciar el tipo de sabor.
Cuando vaya a elegir los tipos de copas de vino se podrá dar cuenta que varían los tamaños de la misma forma, los fabricantes recomiendan que para cada tipo de vino (rojo y blanco) el recipiente debe ser lo más grande posible (de acuerdo del espacio que tenga para almacenarlas, y el precio), para que permita agitar el vino de su copa y exponerlo a la mayor cantidad de aire para que sus aromas se liberen. No crea que solo es para una cata, lo ideal es que lo haga con cualquier copa de vino.
Aspectos generales:
Las mejores copas tienen el fondo redondeado y su parte superior debe finalizar en forma cónica y orientado hacia el interior para que no se escapen los matices.
Las copas largas son las ideales para no tocar el cáliz y calentarlo con las manos.
El tipo de cristal recomendado es el transparente y liso.
Sus medidas estándar varían entre 5 y 10 centímetros de alto y según la International Standart organization, un ancho de 6,5 centímetros.
Para los vinos añejos lo recomendable es servir en una copa ancha y de fondo pequeño, a diferencia de los más jóvenes que precisan de una boca más estrecha con un fondo grande.
Para los espumosos o champán ya mencionamos que la copa debe ser alta y delgada.
Hay una duda muy popular sobre si el vino blanco se puede servir en la misma copa del vino tinto, la respuesta puede es sí, aunque lo ideal es que la copa del vino tinto sea más grande, nunca sirva el vino en vasos pequeños ni llene mucho las copas.
La copa de vino tinto, tiene una boca con una abertura más grande para que pueda sumergir la nariz en la copa y detectar y disfrutar de su aroma y como dijimos anteriormente, la abertura más grande es para que el vino entre en contacto con más aire.
Una copa para vino blanco estará más en forma de U, permitiendo que salgan los aromas mientras se mantiene a una temperatura más fresca.
La copa de vino blanco joven tiene la apertura ligeramente más grande para que el vino vaya hacia la punta y los lados de la lengua para degustar su dulzura.

La copa de vino espumoso o flauta, es más estrecha para mantener la carbonatación y capturar el sabor de la bebida.
La copa de vino-postre usualmente es más pequeña para dirigir el vino a la parte posterior de la boca y no abrumar con el dulzor, los vinos de postre o digestivos como triple-sec, tienen generalmente un contenido de alcohol superior, haciendo que el vaso pequeño sea perfecto para una porción más pequeña.