Ya sabéis eso que dicen de que el vino, cuanto más viejo, mejor está.
Si nos tomamos al pie de la letra esto, en este post os vamos a hablar
del mejor vino del mundo.
En 1867 se encontró, en la tumba de un noble romano, una botella de
vino. La cosa es que ha sido guardada desde entonces, y es una de las
reliquias que pueden verse en el Museo Histórico de Pfalz, en Alemania.
Según los estudios, la botella tiene 1600 años.
Eso sí, quizás en este caso no se cumpla el refrán, porque algunos
químicos han considerado que el paso del tiempo (¡Tanto tiempo!), podría
haber hecho que el líquido blanco que se ve en su interior se haya
convertido en venenoso.
La botella es de cristal y se conserva sellada con cera. Y nadie se
atreve a abrirla, porque se cree que tras estar cerrada tanto tiempo, no
soportaría el impacto del aire si se abriera. Y probablemente el vino
se haya convertido en vinagre. Como véis en la foto, el aspecto muy
bueno no es.
En realidad, y retomando el refrán, no todos los vinos mejorar con el
paso del tiempo. Cada líquido tiene su momento óptimo para ser
consumido. Así, los vinos jóvenes pueden aguantar en la botella entre 3 y
5 años, mientras que los reservas podrían soportar decenas de años.
Pero claro, no hablamos de decenas, hablamos de 1600 años, un período
de tiempo demasiado largo en el que el vino ya ha pasado por su período
de senescencia, que no es otra cosa que el mayor nivel de calidad del
líquido que viene seguido por un paulatino descenso en su calidad.
En todo caso, no dudamos que este vino y esta botella debieron ser de
calidad y muy especiales. Si ha aguantado tanto tiempo, es que algo
bueno tenía. Por lo pronto ya es una joya de museo, y eso no es poca
cosa.