Bienvenidos al Blog de "HOY COCINA LA ABUELA:"

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Otros usos y otras formas de hacer hielo que pueden ayudar en la cocina

Mantener las sopas frías (y sabrosas): el recetario tradicional ofrece varios ejemplos de sopas frías, desde el popular gazpacho hasta las refrescantes sopas de pepino o de apio y manzana. También hay sopas de frutas que se consumen frías. Una manera muy práctica y efectiva de conservar frías estas preparaciones (o de enfriarlas, si las acabamos de hacer) es contar en el congelador con unos cubitos helados con el ingrediente principal (tomate y unas gotitas de aceite para el gazpacho, apios o pepinos triturados para las otras sopas...). De esta manera, no solo se conseguirá un plato muy refrescante, sino que se mantendrá su auténtico sabor, porque se evitará que se agüe la preparación. 

Almacenar caldos caseros: otra forma de tener guardado, por ejemplo, el caldo de una buena sopa de pescado es congelarlo en forma de cubitos. Así, cuando se prepare una salsa u otra sopa de pescado, los podremos agregar. En este caso, el objetivo no es enfriar las preparaciones, sino potenciar su sabor con una elaboración casera, rica y que merezca la pena. 

Hacer 'hielos rellenos', muy decorativos. En los combinados, granizados, sorbetes y cócteles (con y sin alcohol), los hielos desempeñan un papel fundamental. Para mejorar el aspecto de las bebidas, además de darles un toque de originalidad y una chispa de sabor, se pueden preparar "hielos rellenos". Si se introducen trocitos de frutas frescas, pétalos de flores comestibles, hojitas de hierbas aromáticas y hasta pedacitos de especias (como pimientas variadas o láminas de

jengibre), se conseguirán unos resultados sorprendentes y divertidos.

Servir el marisco en su punto. El hielo tal cual (solo agua) es muy importante en la cocina para cortar cocciones en el momento adecuado y con rapidez. Si se prepara un bol con agua, una buena cantidad de hielo y un puñito de sal, se tiene la clave para servir el marisco en su punto. ¿Cómo? Muy sencillo: una vez que se haya cocido, se saca del agua de cocción y se introduce de inmediato en este hielo. La cocción se cortará, la carne quedará turgente y así se obtendrá un sabroso bocado de mar. Fijar el color de las verduras cocidas. El hielo también se emplea para detener la cocción y fijar el color de verduras. Cuando se hierven ciertas hortalizas que contienen clorofila o carotenos (vainas, zanahorias, guisantes, habas, etc.), muchas veces el color natural se desluce. Para evitarlo, además de no cocerlas en exceso, es fundamental sacarlas del fuego e introducirlas con rapidez en un bol de agua con hielo. De esta manera, los colores naturales (verdes o naranjas, sobre todo) serán más intensos, más brillantes y lucirán estupendos en las verduras. 

Zumos y cafés helados. En el momento de elaborar zumos, granizados, sorbetes y cafés azucarados, el hielo es fundamental. Si se mete el zumo de frutas o el café en una batidora americana y añade hielo, se logra un granizado o un frappé sencillo, pero muy vistosos y ricos. El truco, además de servirlos de inmediato para evitar que se derrita el hielo, es que tanto el café como el zumo deben ser potentes de sabor para que el gusto original perdure en la mezcla, aun añadiéndole los hielos.